IRECTORA DEL INSTITUTO DE LA DIABETES DE SANTIAGO: EDUCAR PARA DISMINUIR LOS RIESGOS
SANTIAGO.- El sigilo de los síntomas hace de la diabetes un cáncer silente. En el Centro de Atención al Pie Diabético, departamento del Instituto de la Diabetes de Santiago, varias personas con piernas hinchadas hacen turno para cursarse lesiones transitorias y alentarse daños irreversibles.
El espacio, atendido por la médica, Eda Pichardo, lo visitan pacientes de distintas y distantes ciudades y comunidades rurales del Cibao, pues el edificio regido por un patronato es el único de la región que atiende con esmero a pacientes de las incontables dolencias heredadas del conjunto de patologías metabólicas caracterizadas por azúcar alta en la sangre.
Félix María Núñez es usuario de los servicios ofrecidos en la urbanización Las Américas donde hace diez años, a base rifas y recaudaciones, un grupo de personas construyó el instituto dotado de farmacia, óptica y emergencia para internamientos diurnos. Mientras espera el chance de consultar, contó que lleva cinco años visitando el lugar desde su casa en Pekín, al Sur de Santiago. “Aquí es más económico y me tratan bien”, aseguró detrás del lente oscurísimo que protege su mirada del mediodía de diciembre.
Lastimosamente, de la bautizada “epidemia del siglo” no existen estadísticas en el país. Según Luisa Martínez, directora y administradora del centro, la Secretaría de Salud Pública carece de datos confiables sobre las personas afectadas en tierra quisqueyana. Para tener una idea de la prevalencia, informa que ante la falta de datos, maneja información global proveniente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). A su juicio, el porcentaje estipulado de diabéticos es un 8% de la población dominicana pero -aclara- las proyecciones para 2025 es que un 30% de los habitantes de República Dominicana sufran las severidades de la falta de insulina. Esta hormona la produce el páncreas.
Lo que inició en una casita privada en la calle Del Sol de Santiago es todo un centro que ofrece consultas y atenciones en gastroenterología, salud mental, diabetes, endocrinología, cardiología, nefrología, oftalmología, ginecología y bioética. En la farmacia la misma insulina que en la calle cuesta 800 pesos, allí se vende (sólo a sus pacientes) a doscientos ochenta. Los medicamentos, más accesibles para personas de poco o ningún recurso monetario, es una de las bondades del Instituto de Diabetes, centro asistencial en capacidad para realizar amputaciones cuando el caso amerite.
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