Un joven aficionado a los trenes dijo a la radio KCAL y a la televisión CBS2 que un minuto antes del accidente el conductor le envió un mensaje de texto "SMS" a su teléfono móvil comentando el trayecto que recorría.
Los Ángeles (EFE).- El choque de dos trenes en las afueras de Los Ángeles, en el que murieron 25 personas, se debió a que el conductor del tren de pasajeros se saltó un semáforo en rojo mientras enviaba un mensaje de texto a un joven aficionado ferroviario, informaron medios locales.
Además de las 25 personas que han muerto, incluido el conductor del tren de pasajeros del servicio de cercanías "Metrolink", cerca de 135 resultaron heridas en el accidente del viernes, 44 de ellas en estado muy grave, según las autoridades de Los Ángeles.
Un joven aficionado a los trenes dijo a la radio KCAL y a la televisión CBS2 que un minuto antes del accidente el conductor le envió un mensaje de texto "SMS" a su teléfono móvil comentando el trayecto que recorría.
Este joven y otros adolescentes aficionados de los trenes tenían la costumbre de comunicarse con este conductor, un profesional con diez años de experiencia entusiasta de los ferrocarriles.
Estos jóvenes aficionados insistieron ante los medios de comunicación que su amigo conductor era un profesional muy responsable que nunca hubiera faltado a su deber.
La portavoz de Metrolink, Denise Tyrell, afirmó ayer en rueda de prensa: "Debemos reconocer que fue un conductor de Metrolink el que cometió el error causante del accidente de anoche".
Sobre la posibilidad de que el conductor manejara un teléfono móvil en el momento del accidente, Tyrell dijo: "no me puedo creer que alguien pudiera estar escribiendo mensajes de texto mientras conducía".
El Consejo Nacional para la Seguridad en el Transporte (NTSB) expresó cautela al respecto, señalando que versiones parecidas habían circulando sobre un accidente en Boston pero resultaron ser erróneas, informó el diario Los Ángeles Times.
El tren de cercanías de dos pisos Metrolink fue embestido frontalmente por otro de carga, en el que viajaba una tripulación de cuatro personas, hacia las 16.30 hora local (23.30 GMT) del viernes en el distrito angelino de Chatsworth.
Ambos vehículos circulaban a una velocidad de unos 70 kilómetros por hora, según Tyrrell.
Los equipos de rescate tuvieron que utilizar gatos especiales para impedir que uno de los vagones cayera mientras personal especializado separaba las piezas metálicas para liberar a los pasajeros atrapados.
Además de las 25 personas que han muerto, incluido el conductor del tren de pasajeros del servicio de cercanías "Metrolink", cerca de 135 resultaron heridas en el accidente del viernes, 44 de ellas en estado muy grave, según las autoridades de Los Ángeles.
Un joven aficionado a los trenes dijo a la radio KCAL y a la televisión CBS2 que un minuto antes del accidente el conductor le envió un mensaje de texto "SMS" a su teléfono móvil comentando el trayecto que recorría.
Este joven y otros adolescentes aficionados de los trenes tenían la costumbre de comunicarse con este conductor, un profesional con diez años de experiencia entusiasta de los ferrocarriles.
Estos jóvenes aficionados insistieron ante los medios de comunicación que su amigo conductor era un profesional muy responsable que nunca hubiera faltado a su deber.
La portavoz de Metrolink, Denise Tyrell, afirmó ayer en rueda de prensa: "Debemos reconocer que fue un conductor de Metrolink el que cometió el error causante del accidente de anoche".
Sobre la posibilidad de que el conductor manejara un teléfono móvil en el momento del accidente, Tyrell dijo: "no me puedo creer que alguien pudiera estar escribiendo mensajes de texto mientras conducía".
El Consejo Nacional para la Seguridad en el Transporte (NTSB) expresó cautela al respecto, señalando que versiones parecidas habían circulando sobre un accidente en Boston pero resultaron ser erróneas, informó el diario Los Ángeles Times.
El tren de cercanías de dos pisos Metrolink fue embestido frontalmente por otro de carga, en el que viajaba una tripulación de cuatro personas, hacia las 16.30 hora local (23.30 GMT) del viernes en el distrito angelino de Chatsworth.
Ambos vehículos circulaban a una velocidad de unos 70 kilómetros por hora, según Tyrrell.
Los equipos de rescate tuvieron que utilizar gatos especiales para impedir que uno de los vagones cayera mientras personal especializado separaba las piezas metálicas para liberar a los pasajeros atrapados.
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