El estudio se basó en parecidos físicos y la personalidad
BUDAPEST.- La apariencia física y la personalidad de los padres influye en la elección de la pareja a largo plazo, tal como expuso Sigmund Freud con su teoría sobre el complejo de Edipo y como lo ratifica ahora un grupo de investigadores de la Universidad de Pécs, al sur de Hungría.
Así lo explicó a Efe Tamás Bereczkei, director del Departamento de Psicología General y Evolucionista de esa universidad, que dirigió las investigaciones.
El grupo de científicos comenzó a estudiar el contenido de los dichos populares que afirman que "los semejantes se atraen" y "los contrarios se buscan".
Parece que en los últimos 20 años ha ganado el primero de estos refranes, opinó el psicólogo, quien añadió que tienen "muchos datos que demuestran que los matrimonios están compuestos por personas que se parecen en varios aspectos".
Posteriormente, los investigadores se plantearon "por qué es así", qué es lo que motiva a la gente a la hora de elegir pareja.
Bereczkei explicó que el complejo de Edipo es un gran paradigma para la Psicología: se trata de que el niño establece una relación casi sexual con su madre y rivaliza con su padre por el amor materno.
Freud propuso, sin elaborar su teoría, que esto influye en el varón cuando llega el momento de elegir pareja, agregó el catedrático.
"De esta manera, nos propusimos demostrar esta teoría con métodos científicos. Después de recopilar fotografías, hicimos unos test en los que se tenían que emparejar las caras similares", indicó el investigador
Los participantes en el estudio, quienes ignoraban que las fotos eran de parientes y matrimonios, fueron en gran medida capaces de cruzar las imágenes y vincular las parejas con los respectivos suegros.
La novedad está en que los investigadores utilizaron las técnicas más modernas y con la ayuda de un software especial y fotografías profesionales, con parámetros bien definidos, pudieron sacar "resultados muy exactos".
"En estas fotos medimos todos los parámetros, o sea el largo de la nariz, el ancho de la boca, entre muchos otros, y definimos de esta manera catorce 'proporciones faciales' diferentes como, por ejemplo, las que hay entre la anchura de la cara y la nariz", precisó Bereczkei.
Todo esto parece subrayar la validez del fenómeno conocido como "impronta sexual", es decir que en la niñez los individuos "graban" los rasgos de sus padres y posteriormente, durante la búsqueda, proyectan este modelo sobre la pareja potencial, "o sea que elegimos también influenciados por las analogías".
Otro resultado de estos experimentos es que todo este proceso depende también de la educación: cuanto más profunda era la relación entre hijos y padres, más se manifestaba esta influencia de la similitud con los progenitores en la elección de pareja.
"Lo interesante es que, independientemente de la genética, el experimento dio los mismos resultados con los padrastros", agregó el psicólogo.
Esto no significa que, por ejemplo, un varón influenciado por la imagen de su madre considere más bellas las caras que le recuerdan a ella.
"La similitud es sólo un factor, se trata de un proceso complejo, en el que, según otra investigación que estamos realizando, la belleza resulta ser más fuerte que la similitud. También tenemos que considerar la inteligencia, el aspecto físico, la personalidad...", dijo.
Es importante que los experimentos se hayan realizado bajo condiciones controladas, pero la elección de pareja es un proceso mucho más complejo, resaltó Bereczkei.
Por otra parte, el investigador adelantó que, aunque todavía no tienen los resultados exactos, "ya podemos afirmar que este modelo no sólo funciona con las similitudes en el aspecto, sino también en lo que se refiere a las características de la personalidad".
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